
En la Antología no encontramos un nexo común a los autores ni a la temática, solo el deseo de comunicar y realizar literatura pura. Es más un acierto que una crítica; la tendencia actual del arte es la diversidad y solo desde ésta se puede entender este tipo de retrospectivas. En este estilo tan complicado en el que el autor tiene pocas páginas para expresarse, los autores demuestran toda su capacidad. Por indicar algunos, me han gustado mucho el de de Lourdes Ortiz que es muy original y demuestra que el autor no es ajeno a lo cotidiano y que se deja influir por las manifestaciones más bárbaras de la sociedad actual (siempre pensé que el cabezazo de Zizou era de Antología). Otros como el de Dragó muestran con fina ironía los años de posguerra y en Gómez Rufo encontramos una sensibilidad admirable hacia la tercera edad y en contra de la deshumanización laboral. José Enrique Canabal nos muestra su habitual inquietud sobre un mundo descreido-futurista, demostrando que la esencia humana es la misma con independencia del momento histórico.
Buena antología, algo austera para el fin que tiene y en la que literatura está muy por encima de la encuadernación (hubiera sido muy acertado una reseña más larga de los autores y una encuadernación más lujosa; business is business). Imprescindible en cualquier biblioteca y para cualquier lector.
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