jueves, 13 de agosto de 2009

Kafka en la orilla, de Haruki Murakami

A veces el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tempestad cambia también de dirección, siguiéndote...” Nadie lo sabe mejor que los dos protagonistas de Kafka en la orilla, un quinceañero que huye de casa por sus pésimas relaciones con su padre, que está convencido que el joven está condenado a repetir el destino de Edipo, y un anciano que durante la II guerra mundial sufrió un accidente y quedó incapacitado para comunicarse salvo con los gatos. Los dos van a parar al sur del país, a Takamatsu, y los dos encuentran cobijo en una biblioteca y en una misteriosa mujer. Elegida por el New York Times libro del año 2005, la novela muestra al mejor Murakami, con su sensibilidad, su inquietante juego de sueños y realidades, temores y certezas y su sentido del humor.

La catedral del mar, de Ildefonso Falcones

Siglo XIV. La ciudad de Barcelona se tropieza con su momento de mayorprosperidad; ha crecido hacia el mar, el humilde barrio de los pescadores,que deciden construir, con el dinero de unos y el esfuerzo de otros, elmayor templo mariano jamás conocido: Santa María de la Mar. Unaconstrucción que es paralela a la azarosa historia de Arnau, un siervo dela tierra que huye de los abusos de su señor feudal y se refugia enBarcelona, donde se convierte en ciudadano y, con ello, en hombre libre.El joven Arnau trabaja como palafrenero, estibador, soldado y cambista.Una vida desde niño vivida al limite del trabajo, siempre al amparo de lacatedral de la Mar, que le iba a llevar a convertirse en un fugitivo a lanobleza y la riqueza. Pero con esta posición, a veces, privilegiada, lellega la envidia de sus congéneres, que urden una sórdida conjura que pone su vida en manos de la Inquisición de la que su propio hermano adoptivo, es uno de los acusadores.
La catedral del mar es una trama en la que se entrecruzan lealtad altemplo, la venganza, la felonía, la guerra y, como no, la peste, en unmundo marcado por la intolerancia religiosa, la ambición desmedida y lamarginación social. Todo ello convierte la historia en atractiva y con lafrancachela de las luces y sombras de la época feudal.Tal vez el lector versado, enemigo de los best-seller, se aproxime, o talvez no, con prejuicios a esta novela, que sus editores la han presentadojactanciosamente como “Los pilares de la tierra a la española”. Sinembargo, no creo engañarme al afirmar que en La catedral del mar cabe todo tipo de lector y que le atrape esta historia, que el autor ha sabidocontar con una destreza poco habitual incluso en autores experimentados.Ésta no es, ni mucho menos, una novela perfecta. De nota a veces que lefalta la tensión narrativa y el narrador es poco profundo, a veces pasa deun día a la jornada siguiente sin transición alguna, nada mas que unrenglón y medio y los personajes prosiguen sus diálogos de una noche, queun texto dramático puede dar mucho de sí, como si no hubiese un saltotemporal. Tampoco es alta literatura. Sin embargo, ya querrían muchas delas que se publican todos los años en España estar contadas con lahabilidad que demuestra su autor para captar al lector. Perohay ciertas muestras de ingenuidad: se cargan en exceso las tintas enalgunas escenas, se acentúan demasiado ciertos énfasis o no se resiste elautor a demostrarnos sus vastos conocimientos en cuestiones jurídicas, que en ocasiones llegan a resultar algo cargantes. En otras, sin embargo,constituyen uno de los mayores alicientes de la historia junto con sulograda recreación histórica. En cuanto al estilo, sorprende su pulcritud,su extrema corrección. No hay un estilo elaborado, ni barroco, ni siquierapersonal. Y le autor que narra fácil y sin complicarse la vida, se le notala falta de oficio.
Volviendo al argumento, no puede decirse que destaque por su gran originalidad. Se ha comparado a esta novela con "Los pilares de la Tierra" por su ambientación medieval, el mismo tono de culebrón, tener como fondo la construcción de un templo. El pérfido de los "Pilares" era también más adulterado que sus equivalentes catalanes. Eso no quiere decir que los personajes de la "Catedral" sean una maravilla en cuanto a profundidad psicológica, pero cumplen con su cometido.
Las diferentes narrativas que usa el autor están conformadas con cierta agilidad, pero con un estilo aséptico y en ocasiones gratuitamente denso, escasa profundidad intelectual y psicológica y con bastantes concesiones gratuitas a los estereotipos que emplea, en donde subyace un melodramatismo fácil. El desenlace, de más de cien páginas, resta un poco de tensión narrativa. La narración entretiene, es un libro par no iniciados en lo profundos caminos de la literatura, no se hace farragoso, tiene un ritmo de película épica americana, un tono melodramático y mucho de folletín. No es "alta literatura", pero entretiene y parece muy bien documentada. El autor reconoce que este texto antes de ser publicado, ha pasado por más de una docena de manos que lo han corregido. Se nota que se ha buscado lo más comercial, y no han fallado: saben lo que gusta al público. Pero aunque no sea totalmente mérito del autor sino de un trabajo "editorial", no está mal para pasar el verano... Esa es su finalidad; no le demos más vueltas...

Cuando fuimos agua, de Antonio López del Moral

Cuando Fuimos agua es un paseo por el lado oscuro del amor, una mirada a sus furtivos acompañantes, el deseo y la insatisfacción. Es una historia urbana cuya lectura me recuerda a las novelas de George Simenon, con su descripción de los diferentes sentidos. En esta novela el lector huele a sexo, lo toca y saborea en cada página; en ella los personajes se desnudan de su cotidianeidad para mostrarse tal y como son, sin otras pretensiones. Buen final, coito interrupto incluido.
Estamos ante un grande de la narrativa actual; No sólo por sus anteriores éxitos literarios, ni por los premios obtenidos. El autor sigue fiel a su causa y lo vuelve a demostrar con un estilo magnífico donde, desde la concepción de la historia hasta el sublime tratamiento de los personajes, todo en ella está muy cuidado. Lástima quizás que se trate de un relato breve del que se podría haber obtenido más si se hubiera profundizado en su trama. El final, aunque inteligente, esta falto de la pausa que necesita la novela; el autor cierra con inteligencia el círculo pero de manera apresurada, como si el climax le hubiera agotado y ya no pudiera continuar. De esta manera queda al final una cierta insatisfacción sin la cual estoy seguro que estaríamos ante una novela que hubiera ganado la sonrisa vertical que todos llevamos dentro.

El pintor de batallas, de Arturo Pérez reverte

El Señor académico de la Lengua Castellana, el ilustre ex-corresponsal de guerra y autor cinematográfico español por antonomasia (¿Cómo lo consigue?) da un giro a su carrera y nos trae una obra diferente en la que los protagonistas asumen la condición de argumento principal de la narración. Atrás quedaron aquellos libros en los que el argumento era el verdadero protagonista y los personajes eran meros actores de la película que vendría después. No es de extrañar en un autor al que sólo el cine consigue mantener en las listas de best-sellers. Se trata de un texto de reflexión, centrado únicamente en el diálogo entre dos personajes que Reverte utiliza para ventilar sus fantasmas interiores acumulados a lo largo de toda su experiencia como corresponsal de guerra.
No queda claro si es una apología contra las guerras o si trata de arremeter contra la cultura mostrando más cultura. En efecto, utiliza la ciencia, el arte, la fotografía y la guerra como eje argumental, mezclándolos en la coctelera sin una clara intención. Además da la sensación que el autor piensa que las guerras, más que una forma de manifestar la condición humana, son fruto del azar y de ese engranaje sideral cuyo culpable es el caos y la casualidad. Por otra parte su análisis de la condición humana, adornado por toda la novela con anécdotas e historias de dudoso gusto no deja de ser superficial, sin consecuencias. El protagonista acaba como empieza.
En definitiva una más de este autor cuyo declive se acrecienta a la vez que aumenta su fama. Lástima por los seguidores que esperaban un cambio de tendencia en este conocido escritor.

martes, 11 de agosto de 2009

Cuernos retorcidos, de Joaquín Leguina

Excelente edición de Ediciones Irreverentes lleavda a cabo por Miguel Angel de Rus. Encontramos en Cuernos retorcidos la narración de infidelidades matrimoniales, un París soñado, los fantasmas de nuestro tiempo, vecinas incitantes, traiciones políticas, diputados de mujeres indiscretas, verdugos incapaces de perdonar a sus víctimas, el marketing como ideología política, y como no, la encrucijada española; o dicho de otro modo; cómo vertebrar un país en el que los elementos disgregadores actúan con más fuerza y capacidad publicitaria que los integradores. Los protagonistas de este libro, que reúne lo mejor del universo creado por Joaquín Leguina a lo largo de su obra, se llaman Marlene Dietrich, Winston Churchill, Malraux, Picasso, Darwin, Ernesto Guevara, Althusser, Giorgio Bassani, Jorge Semprún, Javier Reverte, Samuel Beckett o Fernando Arrabal. En Cuernos retorcidos se mezcla la narración, el ensayo y los recuerdos personales. Hay cuernos porque hay relaciones amorosas, y son retorcidos porque el autor retrata una realidad de cornamenta rebosante de puntas y de intenciones sinuosas y agresivas, a la que se enfrenta con las armas dialécticas de la ironía, la sátira y el sarcasmo. El cosmos particular de Leguina queda concentrado, rebosante de humor, erotismo y recuerdos de los viejos maestros.
En la presentación de esta obra, llevada a cabo en la Casa del Libro por Pilcar Cernuda, Miguel Angel de Rus y Juan Manuel de Prada, ante 150 espectadores privilegiados, entre los que estuve, se destacó el valor intelectual y ético de esta obra que marca una nueva etapa en la obra de Leguina.
Joaquín Leguina (Villaescusa,1941) Es autor de una valiosa obra narrativa en la que destacan La fiesta de los locos, Tu nombre envenena mis sueños, La tierra más hermosa, El corazón del viento, Cuernos, Por encima de toda sospecha y El rescoldo.